Los cambios recientes en nuestro modelo de sociedad han provocado también grandes cambios en las empresas industriales y ha generado una nueva escala de valoración respecto a los proveedores de servicios industriales.
No hace muchos años, no se valoraban (no se contaban como costo) los trabajos de conservación implícitos en todo proceso industrial y la gestión de los servicios: como transporte, embalaje, reparaciones, recambios en almacén, etc.; y mucho menos los costos necesarios para llevar a cabo el control de estos servicios: Personal de Ingeniería, administración, mantenimiento, etc. Todo quedaba englobado dentro un gran “cajón de sastre” llamado: “Gastos Generales”, y, los más avanzados, “Gastos varios de Producción”.
Con las limitaciones actuales en los recursos económicos, las empresas deben concentrarlos en el proceso productivo, y necesitan “aligerar” los Gastos Generales.
Como estos trabajos y costos siguen existiendo (alguien se imagina una empresa industrial sin trabajos de mantenimiento?), una forma de racionalizar y controlar mejor estos costos es imputándolos de forma directa y proporcional a los costos del proceso productivo, como se hace con el consumo energético, la materia prima y la inversión en maquinaria.
Este cambio de concepto en los costos de mantenimiento ha dado mayor relevancia a las empresas de “Servicios industriales externos”. Lo que antes se consideraba solo como empresas de apoyo en puntas de trabajo o para trabajos rutinarios no especializados, ahora deben acometer los servicios completos de un proyecto aplicado a una parte especifica del proceso productivo, incluyendo la Ingeniería, el montaje, el mantenimiento y todos los gastos periféricos, como la documentación técnica, planos, certificados, etc. y lo más importante: la responsabilidad sobre todo el proyecto asignado.
Contratar estos servicios significa que las empresas industriales dejan en manos de una empresa externa su delicado proceso de producción y el crítico trabajo de mantenimiento de dicho proceso. Esto implica que la valoración de una empresa de servicios industriales ya no se realiza solo con su tarifa de precios o su cercanía. También es necesario valorar su capacidad y medios técnicos, su organización y el respaldo de primeras marcas en la maquinaria que integran en el proyecto.
Solo las empresas con experiencia y años de dedicación pueden avalar al equipo de profesionales que permita realizar, con máxima eficacia, la prestación integral de montaje y mantenimiento.
Grupo Gaherma, con 30 años de experiencia, garantiza soluciones eficientes y rentables, colaborando con empresas fabricantes de primer nivel en todos sus especialidades.
Autor: Pere-Joan Sardà