La función básica de los sistemas de dosificación industrial es alimentar un proceso continuo con varios componentes en una proporcionalidad definida para cada proceso. También tiene la función de preparar cantidades predeterminadas de producto con una relación definida por receta.
En ambos casos, para conseguir la máxima precisión y repetibilidad, lo importante no es el volumen sino la masa del producto a dosificar. Sin embargo, el resultado de una buena dosificación siempre depende de las “características del producto a granel”, de las condiciones del entorno y del sistema de dosificación.
En los sistemas de dosificación, debe diferenciarse el principio de la dosificación volumétrica de la gravimétrica.
Los sistemas volumétricos dosifican el material en función del volumen. Los sistemas gravimétricos pesan el material y lo dosifican en función de la masa.
La mejor manera de explicar la diferencia entre los dos principios de dosificación es con la diferencia entre peso y masa de la típica nata doméstica: 100 g. de nata corresponden a 100 ml. en estado líquido, pero la misma cantidad suponen unos 400 ml. cuando está batida. En un mismo proceso o receta ¿se puede utilizar el mismo concepto de dosificación para nata líquida que para nata montada? Definitivamente NO.
En la dosificación volumétrica, la alimentación de un producto es exclusivamente en función del volumen. Como no miden la masa, se tendrá que calibrar en función del material antes usarlo, determinando la cantidad de masa dosificada en un periodo de tiempo definido. Es posible que deba comprobarse cada vez que se cambia el material y el lote del proveedor.
Las ventajas de los sistemas volumétricos son su simplicidad y economía, solo precisan que el elemento dosificador, por ejemplo el husillo, esté siempre relleno de manera uniforme. Esto se consigue los paletas laterales que remueven la tolva de alimentación, garantizando la fluidez del producto, pero sin estar en contacto con él. No precisan ningún equipo electrónico de control; solo el variador de frecuencia para ajustar la velocidad del husillo.
El principal inconveniente es que no pueden compensar automáticamente los cambios en las propiedades del material, como las oscilaciones en la densidad aparente. Por lo que no es aconsejable utilizarlo cuando el producto no tenga una densidad estable en función del entorno ambiental o cambio de proveedores.
En la dosificación gravimétrica, varias células de pesaje integradas miden (pesan) el material que se está dosificando. Por lo que la dosificación es por peso (no por volumen). Un equipo electrónico compara constantemente el valor teórico del caudal prefijado con el valor real dosificado, y varía la velocidad del husillo para que la diferencia sea nula. Los sistemas gravimétricos son más sofisticados y costosos, pero pueden compensar automáticamente las posibles desviaciones de la densidad aparente. Otras ventajas son el registro electrónico de las cantidades de material que manipulan y su interconexión con sistemas SCADA mediante bus de comunicación y Ethernet.
En resumen, los dos principios de dosificación resultan adecuados, pero hay que asegurarse de que el sistema más económico sea realmente eficaz para el producto a dosificar.
Grupo Gaherma con sus años de experiencia y su distribuida Schenck Process, asesora a sus clientes para determinar el sistema de dosificación más adecuado para cada producto.